El sumo tiene como origen Japón y es considerado un deporte de gran exigencia arraigado a la cultura nipona, donde dos oponentes, luchadores o rikishi se enfrentan en un espacio con características circulares. El sumo condensa elementos del arte marcial, lucha, religión y rituales que podrían remontar al año 30 A.C.
Durante el combate de sumo los dos luchadores se enfrentan vestidos con tan un taparrabos llamado mawashi (que es enrollado alrededor de las caderas para tapar la zona íntima), es decir los atletas compiten casi desnudos, y deben poseer condiciones físicas voluminosas producto de fuertes entrenamientos.
Se considera vencedor aquel que logre tumbar a su oponente y lograr que éste caiga de espaldas, que toque con alguna parte de su cuerpo el piso o que se salga del círculo donde se realiza la lucha. Igualmente si se le cae el mawashi queda eliminado por fujomake que significa “perder porque le han quitado el mawashi”.
Entre las características físicas que poseen los luchadores es el hecho que los deportistas son reconocidos por su enorme tamaño, por lo cual la masa corporal es un elemento determinante en los combates, es por ello que la dieta que realizan los practicantes está elaborada para aumentar y mantener el peso.
El sumo, actualmente deporte nacional de japón, data de hace más de dos mil años, también se han encontrado registros históricos de países como la India y China, e incluso Grecia que describen artes marciales parecidas al sumo. Por lo que otros estudios señalan, que el sumo, durante la antigüedad, fue practicado alrededor del mundo y no pertenecía a una zona en específico, sin embargo se le atribuye a Japón como el lugar donde nació y se desarrolló el sumo. También podemos agregar que posee similitudes con artes marciales como el boxeo y la lucha libre.
El sumo formaba parte de una de las tantas funciones que se realizaban en el siglo VIII en los festines organizados por el emperador, esta forma de alegrar los festejos permaneció por más de 400 años. Los combates era realizados frente a la construcción imperial Shin shin-den. Con la llegada del sistema económico feudal, luego del siglo X, el sumo empezó a practicarse masivamente, gracias a que la clase que dominaba era la guerrera, por lo cual comenzó a ser utilizado como técnica de lucha entre los combatientes.
El famoso libro histórico que más antiguo que tiene Japón llamado Kojiki también conocido como Furukotofumi “registro de cosas antiguas”, que data del año 712, describe los combates de Sumo; sin embargo, muchos investigadores afirman que esta práctica se inicia en la prehistoria, esto se cree así debido a que existen una diversidad de murales y relatos en forma de leyenda que describen al sumo dentro de los rituales agrícolas, que atraían bondades para la temporada de cosecha, por poner un ejemplo.
En mencionado texto, podemos encontrar una leyenda que narra la ocupación del archipiélago japonés mediante una pelea de sumo entre el “Dios del cielo” Takemikazuki y el “hijo del Dios de la tierra” Takeminakata. Este último estaba en contra de que el territorio fuese usurpado. Takemikazuki quedó como vencedor y finalmente el lugar fue ganado por los dioses celestes.
Según lo establecido en el libro de crónicas de Japón Nihon-Shoki, el primer enfrentamiento se efectuó en el año 23 A.C. Donde el Emperador Suinin le solicitó al alfarero Nomi no Sukune que combatiera contra un “presumido” que decía ser el hombre más fuerte del planeta: Taima no Kehaya. La pelea duró poco tiempo, donde Kehaya terminó fuertemente lesionado, es por ello que Sukune se considera el padre del sumo.
Para el año 642 se efectuó una pelea catalogada de “verdadera”. Donde se dice que la Emperatriz Kōgyoku distrajo a los emisarios de la Corte de Paekche de Corea con enfrentamiento que produjo con sus guardias del palacio. Por otra parte hay una variedad de documentos que aseveran que el sumo se practicaba en actos ceremoniales y actividades de la Corte Imperial.
Se dice también que el sumo, como deporte, era practicado en un inicio por los guerreros samuráis, cuyos torneos eran desarrollados en el templo del Dios de la Guerra que llevaba por nombre Hachiman en 1864.
¿Arte marcial o tradición?
A pesar de que el sumo tiene un gran porcentaje de aspectos técnicos, y rituales originarios de la antigua expresión religiosa Shinto, la mayoría de los japoneses lo consideran un gendai budō es decir, un arte marcial moderno.
Podríamos decir que la tradición estaría encarnada es por la práctica sintoísta que conserva el Sumo, proveniente de la religión Shinto la cual honra a los espíritus de la naturaleza llamados kami.
Es por ello que el sumo debe ser apreciado y/o valorado como un todo, esta manera holística de disfrutarlo permitirá la integración perfecta de su parte deportiva, de ritual y de espectáculo, y es por eso que goza de buena receptividad.
En este deporte japonés, han venido, en los últimos años, surgiendo desde sus propias filas diversidad de luchadores de origen extranjero, causando un efecto globalizador. Como fue el caso del luchador hawaiano Takamiyama Daigorō quien resultó victorioso en el año 1972. Otro ejemplo es que varios títulos yokozunas, máximo reconocimiento, han sido obtenidos por mongoles.
Es necesario saber que cada encuentro de sumo se puede apreciar el ritual ceremonial, que consta de una mística previamente planificada.
En conclusión los luchadores de sumo terminan siendo más que atletas y llevan a cabo un papel de guardianas de antiguas tradiciones, es por ello que quien desee ser un combatiente de sumo rikishi en primer lugar tendrá que realizar un examen durante la época del gran torneo, y también contar con una serie de requisitos a nivel físico como por ejemplo tener menos de 23 años, estar saludable, medir 1.73 metros de altura y pesar como mínimo 75 kilogramos.
Quien resulte ser seleccionado deberá asistir a un centro de entrenamiento especializado en el estadio de Ryogoku Kokugikan (ubicado en Tokio), donde desarrollará sus capacidades durante seis meses además de presenciar cursos sobre movimientos y técnicas de este arte marcial.
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