Ocupa el cuarto escalón en la pirámide de Maslow, y es uno de los exámenes que nos hacemos a diario a nosotros mismos. Se trata del factor que más afectan a nuestro comportamiento individual y social. Si esto es así, en la sociedad en general, el ámbito deportivo no se escapa a esta evaluación continua que los deportistas hacen de sus capacidades. Estamos hablando de la autoestima.
“La competición es como un lienzo en blanco donde existe la posibilidad de pintar con diferentes colores. Depende de cómo la vivas, y desde donde lo hagas, tu obra maestra será única.”
Unos lloran la derrota, otros pasean cabizbajos, otros hacen análisis de lo acontecido, algunos calientan para el siguiente combate, y otros, los menos, comienzan sus rutinas de anclajes y preparación pre competitiva. Todos ellos tienen un denominador común; su autoestima está presente.
Nos acompaña en todas las facetas de nuestra vida, y puede variar en todo momento deportivo; ante una victoria, una lesión, una derrota, el momento de la retirada, entrenamientos, etc.…
Como entrenadores tenéis la labor de ayudar al deportista a que desarrolle la capacidad de autoanálisis suficiente para que, llegado el momento, sea capaz de hacer una valoración personal en cuanto a los conceptos de; quién es, cómo es como deportista, hasta dónde puede llegar y qué es lo que le limita para conseguirlo. Estos cuatro ejes, le proporcionarán el auto-conocimiento necesario para afrontar la competición desde un prisma mucho más realista.
Un deportista que no se conoce lo suficiente, puede crear expectativas falsas sobre su rendimiento, futuro o desempeño en una actividad y, el autoconocimiento es una de las patas de la autoestima. Si no sé hasta dónde puedo llegar (desconocimiento de mi mismo), difícilmente me podré poner metas acordes a mis capacidades y, por lo tanto, mi propia visión de que soy y como soy, se verá mermada y distorsionada. Nuestro trabajo como profesionales del entrenamiento es prever estas variables y promover actitudes de autoeficiencia (capacidad de elegir, hacer, pensar y comprender los hechos que me afectan en mi desempeño) y autodignidad (seguridad en mis convicciones, lo que hago me hace feliz y por eso lo hago libre y ecológicamente).
“Maestro, quiero ganar el campeonato regional absoluto”
"Un día, en mi club, se me acerco un alumno que llevaba un par de años practicando y me planteo esa afirmación con rotundidad. Yo estaba sentado en mi oficina, trabajando con el ordenador, levante la vista y ahí estaba Pablo, con su cinturón verde, su eterna sonrisa y las manos en jarras, dispuesto a enfrentarse a mi negativa, caso de que la hubiese, con uñas y dientes. Le mire, sonreí y le invite a sentarse a mi lado. Le explique que con cinturón verde no podía competir en el regional, que era todavía muy pronto y que en el regional había competidores muy duros en su peso. Le pase unos videos de los combates de su categoría del año anterior, también visualizamos unos videos suyos entrenando, incluso le hice escribir en un papel cuanto tiempo creía él que le hacía falta para formarse como campeón (creo que escribió cinco años), él, sin perder la sonrisa, me dijo “entonces quiero ganar el campeonato de principiantes”.
Pablo en ese momento fue consciente de donde estaba y cuanto le quedaba para poder afrontar una meta de ese calibre. Esa consciencia le llevo a ajustar su objetivo y fijarlo de una manera más asequible y asumible en tiempo y forma para él.
Ese año quedó subcampeón en el campeonato regional de principiantes. Dos años más tarde campeón regional absoluto. Eso sí, sin perder la sonrisa.
O lo que es lo mismo: ¿Qué emociones predominan en mí?
Las emociones determinaran nuestras competencias en gran medida, hasta el punto que personas con una gran capacidad de gestión emocional, estarán mucho mejor preparadas para afrontar retos importantes y complicados. Conocer y reconocer nuestras habilidades o carencias emocionales nos situara en un lugar privilegiado en cualquier tipo de objetivo propuesto.
Desde el prisma del entrenador, podemos influir en esta faceta, incluyendo en nuestros entrenamientos, técnicas y dinámicas que ayuden a los deportistas a tener una mejor gestión de sus emociones y, por lo tanto, a conocerse mejor.
Hace poco, tuvimos un conflicto entre dos pekes del club. Los dos decían tener la razón y los dos estaban súper enfadados con el otro. Los llevamos al vestuario y les dijimos que tenían que estar respirando tranquilamente durante unos minutos, en silencio, cara a cara, y luego les pedimos ponerse de acuerdo en lo que había pasado para luego poder contarnoslo. Nunca sabremos la verdad de lo que paso en ese vestuario ese día, aunque los chicos salieron, hablaron con nosotros de su visión de lo sucedido, se disculparon mutuamente (por voluntad propia) después, llegaron a la conclusión de que no había sido nada importante. Esta conducta fue reforzada delante de todos. Así, todos aprendieron que los conflictos a veces son por causas muy banales e incluso evitables.
Esto no sucede así por casualidad; detrás hay un extenso trabajo, desarrollado día a día durante los entrenamientos, donde se hace hincapié en la gestión emocional.
¿En qué soy fuerte? ¿En qué destaco? ¿Qué hago bien?
- Descubrir y reforzar conductas positivas es labor del entrenador y docente.
- El deportista tiene que saber cuáles son sus fortalezas y como puede potenciarlas.
Si juntamos estos dos puntos, tenemos que la comunicación entrenador-deportista es fundamental para el buen desempeño del binomio.
Como entrenadores, necesitaremos acudir a todas las herramientas que tengamos a nuestro alcance (psicología, gestión emocional, coaching, visualización, sofrología, etc…) para descubrirnos primero nosotros como personas y ser capaces de descubrir potencialidades en nuestros deportistas qué, a su vez, obtendrán una respuesta-mejora rápida sobre sus capacidades y por lo tanto una mejora sustancial de su autoestima.
Este punto es extremadamente importante, ya que el entrenador en el que predomine el miedo, transmitirá ese miedo a sus deportistas, en el que predomine la ira, la trasmitirá sin ninguna duda a su entorno y así con el resto de emociones predominantes. Si tomamos consciencia de esto y lo comenzamos a trabajar, por un lado, seremos mucho más eficaces en la comunicación y por otro, descubriremos otras formas de potenciar y hacer crecer a los deportistas.
- Elogia las acciones que le conduzcan hacia la mejora.
- Establece mini objetivos junto a él que le acerquen al resultado deseado.
- Haz que el resto del equipo participe de ese refuerzo positivo.
- Que el deportista escriba sus avances (o una palabra, dibujo, foto…que los relacione) y los ponga en un sitio en el que los vea todos los días
- El reconocimiento público de una acción positiva nunca falla y es una inyección muy potente de autoestima.
Si somos capaces de mantener estas pautas y otras validas en constante movimiento y acción, estaremos dando a nuestros deportistas un plus de calidad y solidez en el camino hacia sus metas individuales.
¿Qué me limita?
“Un conocimiento sincero y realista de las limitaciones propias nos dará la perspectiva necesaria para comenzar a trabajar en la mejora de las mismas”
Igual que en el apartado anterior, el entrenador buscará las acciones necesarias que estén a su alcance para trabajar sobre los aspectos limitantes del deportista y ver la posibilidad de mejorarlos o incluso, transformalos en potencias.
De manera habitual, nos encontramos con qué el miedo es el causante de muchas limitaciones, por ello, sacar a la luz estas limitaciones, supondrá un gran alivio para el deportista.
Hay veces que como entrenadores nos empeñamos en que el deportista haga algo de una determinada manera, que acuda a una competición, incluirlo en entrenamientos de tecnificación o específicos de combate, que haga combate con un deportista en concreto, que, además, es el “bueno” de la clase… y todo esto redunda en que ese chico/a que le gusta el combate y la competición (pero tiene miedo) poco a poco vaya perdiendo interés porque su autoestima se está viniendo abajo. Descubrir esto y transformarlo-adaptarlo para su integración por parte del protagonista, es crucial para su evolución deportiva.
Solamente al ser conscientes de nuestras propias limitaciones, podremos tomar acción para su trasformación.
En definitiva, el conocer “de qué pie cojeo” me va a dar la posibilidad de llevar muletas.
La autoestima es uno de los factores decisivos en la consecución de logros, deportivos, personales, sociales, familiares… Por lo tanto, un equilibrio de la misma, hará que la persona establezca unos objetivos claros y se ponga en marcha hacia ellos y nuestra misión como entrenadores, es acompañar a estos deportistas hasta donde ellos quieran llegar.
“El entrenador despierto y creativo será capaz de adaptar, encontrar, cambiar, investigar, proponer, arriesgar…todo ello con el foco puesto en el deportista y su crecimiento.”
Autores:
Chabi Sanchez
Coaching de Alto rendimiento deportivo
Coach deportivo y de sistemas.
Entrenador Nacional de TaekwondoCarlota Castellano
Psicóloga Deportiva
Psicóloga clínicaÁngela Medina
Coaching Deportivo Infantil
Coach deportivo
Entrenadora regional de TaekwondoIñaki del Corral es Maestro (Técnico Deportivo Nivel 1) 5º Dan de Taekwondo
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Los poomsaes son secuencias de movimientos fundamentales en el Taekwondo, esenciales para el desarrollo y progresión de cualquier practicante de esta disciplina.
Desde sus raíces históricas hasta su enfoque en la autodefensa y la competición, el Taekwondo ofrece una combinación única de habilidades y beneficios.